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Alapryles y Diablitos

¿Quieres que me coma la pastilla roja o quieres que me coma la pastilla azul? (RDF)

¿Quieres que me coma la pastilla roja o quieres que me coma la pastilla azul? (RDF) La noticia saltaba la semana pasada a las páginas de (casi) todos los periódicos locales, en algunos con foto y todo del milagro hecho carne y voz. “El niño”, como conocían todos a un señor de 53 años (fíjense hasta qué edad puede ser uno joven),  que llevaba sin articular palabra casi toda su vida, se arrancó a cantar “María Batata”.  Sí, yo también me quedé bobita cuando lo leí. Al principio pensé que es que igual el buen hombre no había encontrado nada interesante que decir en todos estos años, y prefirió callar a hablar por hablar, pero las tres columnas que ocupaba el artículo dieron para explicar que no, que su mudez había sido producida por una enfermedad. Lo flipante de todo esto no es que en vez de hablar, como habría hecho cualquiera, no sé, pedir comida, un cigarro, que bajaran la radio o algo, decidiera arrancarse con esa canción (desconozco si tendrá algo que ver con ‘La Reina Batata’, de María Elena Walsh). Tampoco me sorprendió el espacio que le dedicaron en la prensa a semejante noticia, total, en vez de resumirnos el nuevo capítulo de la telenovela política ‘Pactos de Pasión’… Ni siquiera que al día siguiente repitieran protagonista y noticia, y supiéramos que por fin había hablado de verdad, sin adornar sus palabras con melodía. Lo mejor de todo es que su hermana atribuye la repentina locuacidad de su hermano al Santo Hermano Pedro, valga la redundancia, por el que siente una profunda devoción. De ser esto cierto, ya le vale al santo, haberlos tenido esperando media vida, y cuando llega el momento ¡zas!, lo pone a cantar semejante temazo… Definitivamente: esto sólo puede pasar en Matrix, y son cosas como ésta las que me reafirman cada vez más en mi postura de creer que el pringado de Neo eligió la pirula equivocada entre las que Morfeo le ofreció.

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