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Alapryles y Diablitos

El carro más listo

El carro más listo Siempre me han gustado los cacharritos, con sus botones, sus pantallitas, sus luces intermitentes, rojas, verdes… son como una droga. No importa saber para qué sirven, o que, aún sabiéndolo, no los vaya a usar jamás (mi último capricho, un tester de energía, o como quiera que se llame, que me tuvo privada tres días, aunque sólo lo usé como falso desfibrilador). Muero por tener todas esas cosas que parecen trabajar solas, aunque soy consciente de que tengo esa impresión por mi total desconocimiento de la ingeniería que usan, de las bases que rigen su funcionamiento. Quizás por eso me maravillan tanto, debe ser como el misterio de la Santísima Trinidad, que engancha a los creyentes por lo que tiene de inexplicable.Pero no puedo dejar de confesar que en ocasiones esa misma ignorancia causa mi temor crónico hacia ciertos descubrimientos. Esta semana, por ejemplo, ha visto la luz un carrito de supermercado inteligente. El disco duro del cacharro almacena las cosas que tenemos en nuestra nevera (con la mía no le costará mucho trabajo), las cosas que hemos consumido en otras ocasiones, y vaya usted a saber cuántos datos más, para guiarnos hacia una compra eficiente y eficaz, indicándonos qué productos son los que nos convienen, cuáles tienen más calorías de las que nuestro body se puede permitir, qué falta en nuestra cocina, cuántos hidratos de carbono se van a quedar en nuestras caderas y tal. Hasta aquí todo bien. Me parece perfecto que los fabricantes de carritos se preocupen hasta ese punto por nuestra salud, pero más es pasarse. Resulta que el dichoso carrito, si observa que, pese a sus advertencias, decides coger la bolsa de minichocolatinas y el helado de a litro, se toma la libertad de mandarte un sms, a ver si te hace desistir aumentando tu culpa. Y me pregunto: si aún así decides quedarte con las golosinas, ¿hasta dónde será capaz de llegar? Lo mismo te llama un robot diciéndote: “pedazo gorda, ya puedes ir dejando ese chocolate donde lo cogiste. Y ya de paso, levanta un poquito el culo del ordenador y haz unos abdominales, que falta te hace”. Miedo me da. Mejor se dejaran de tanta bobería y pusieran sus esfuerzos tecnológicos en inventar un carrito al que no se le torcieran las ruedas, ese sí sería un gran avance. En todos los sentidos.

3 comentarios

Cuinpar -

Ay! Perdón! He andado un poco escasa de tiempo y ahora, para colmo, tengo de baja el ordenata, oh!

Besos para mi cuate favorito. Prontito me paso por tu blog y te digo algo!

astroyorch -

me voy a amotinar como no me contestes ya!!!

astroyorch -

Aqui los carritos inteligentes te dicen: "eres una pinche bola, deja de tragar tantos tacos, quesadillas, gorditas y moles y pásate al light... eso si, tendrá que salir del pais, pendejo..."