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Alapryles y Diablitos

Superhéroes de Barrio

Superhéroes de Barrio ¿Recuerdan una tira de Mafalda en la que Felipe, después de imaginarse como el Llanero Solitario y un astronauta negaba que la televisión atrofiara la imaginación de los chicos? Yo, la verdad, no sé si la atrofia o no, no he pensado lo suficiente en el tema, pero que influye, influye. Impepinable. Hay un niño brasileño, de unos cinco años, que se pasa la vida disfrazado de Spiderman, su superhéroe favorito. El disfraz se lo hizo su madre, y el chaval se pasa el día emulando, en la medida de lo posible, claro está, las aventuras del hombre araña. El caso es que un día, se da de bruces con una casa en llamas, y observa que hay una señora gritando por fuera, porque su bebé está dentro, condenado a una muerte segura. Ni corto ni perezoso, entra en la casa para salvar al bebé (seguro que contaba con que, igual que en la película, podía ser una trampa del Duende Verde) y sale con él en sus brazos, sanos y salvos los dos.Ni que decir tiene que el niño corrió un grave riesgo, y que, si nos ponemos fundamentalistas, podríamos decir que la culpa de todo la tiene la televisión, que eso no son ejemplos para un infante y blablabla, pero no es ahí a donde quiero llegar. O sí. Imagínense que en vez de Spiderman, el niño tuviera como ídolo al empolloncete de “Hermanos y Detectives”. Se habría conformado con pararse delante de la casa y decir: “¿no es sospechoso?” con acento argentino. O “Los Simpson”, en cuyo caso podría haber soltado el irritante “Ja-Ja” de Nelson o haber escurrido el bulto al más puro estilo Bart.  Si le gustaran los documentales, género que más de un padre considera edificante para el desarrollo intelectual, se habría limitado a observar la escena, sin hacer nada para evitarla, lo cual habría sido menos arriesgado, obviamente, pero habría tenido un trágico final. En definitiva, no me parece tan terrible que los niños tengan esos ídolos, ni que intenten imitarlos. Peor sería que admirara a Juan Carlos I. En ese caso, la reacción habría sido evidente: habría mirado indignado a la madre llorosa y le habría espetado un “¿por qué no te callas?” que nos habría dejado a todos helados y sin saber muy bien qué pensar.

1 comentario

Marta -

¿Qué hace un niño de 5 años solo en la calle y decidiendo entrar en una casa en llamas?. La culpa, sin duda, es de la madre. En vez de dedicar su tiempo a hacerle un disfraz de spiderman, (por cierto yo lo pillé en "Arbelo" en cinco minutos y a 20€), podría controlarlo un poco más.
Y sobre la programación de televisión, ya no se que pensar... Algún día te contaré la última de David y la tele.