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Alapryles y Diablitos

Saque la Gillette de su vida.

Hay cosas que no tolero, personas que despiertan lo peor de mí, películas y series que nunca voy a entender cómo le gustan al resto, grupos que me resultan insoportables. Cada vez que alguien menciona algo de todo esto me hierve la sangre, una llama se enciende dentro de mí y empiezo a despotricar, como si a alguien le importara realmente mi opinión, como si tuviera que hacerme escuchar por encima de todas las cosas y fuera a iluminar a la humanidad con mis observaciones. Algunas cosas de las que no me canso de hablar mal son la Fórmula 1, Anatomía de Grey, Maná, La Oreja de Van Gogh en general y su ex cantante en particular, la gente que pone mala cara a la comida, Supermodelo, los que aparcan en los pasos de peatones, el culo de Jennifer López, los complementos dorados o plateados, las sardinas, los libros de autoayuda y ciertos idearios políticos, en los que no voy a entrar ahora  más que nada porque esta es una columnilla frívola, y así quiero que siga.

En los últimos tiempos, a esta lista, ya lo suficientemente extensa gracias a mi carácter de porquería, se le ha unido, casi sin darme cuenta, un nuevo elemento: los hombres depilados. He intentado obviar el tema, no convertirlo en parte de las cosas que me sublevan, pero es superior a mí. De verdad, ¿no se han dado cuenta de que el camino correcto era el contrario? Es decir, lo fácil habría sido que se aceptara naturalmente que las mujeres abandonáramos esa tortura de hojillas, ceras dolorosísimas y cremas depilatorias y dejar que la naturaleza sabiamente siguiera su frondoso curso, aunque dicho así hasta a mí me da grima. Pero no. Alguien, de un día para otro, se inventó la metrosexualidad y nos la coló. Con el rollo de que a las mujeres nos van los sensibles, mezclaron churras con espumas de afeitar y ahora van por ahí de un lampiño que no sabe una si invitarlos a una caña o acompañarlos al instituto a buscar las notas. Y así no se puede. 

9 comentarios

L. -

Momentos deprimentes en la vida de una mujer adulta I: cuando la criatura que una se acaba de traer a la cama con gran esfuerzo e ilusión y una considerable inversión en alcohol se empieza a quitar la ropita y resulta que va más depilado que una.

Cuinpar -

Pues eso, netito, únase usted también, aunque sea por su propio interés, a la plataforma "Las Personas Tienen Pelos", próximamente en su lista de reivindicaciones más cercana ;-)

Netito -

Tsk, y así nos vá, que los sensibles peluditos no nos comemos un rosco....

El Señor -

Lo has vuelto a conseguir: opiniones masivas. Puedo añadir buena parte del jazz moderno a mis fobias personales? Ah, y si hay que ir a buscar las notas a algún lado...

conache -

pero tía... que Frenando Alonso no es metrosexual, dale una oportunidad a la F1

Cuinpar -

Angie ;-)
Anónimo: no se te ocurra volver a comparar Fama con esa bazofia infame que es Supermodelo, que aunque no firmes, sé dónde trabajas y qué libros vendes ;-)
Almudena: un término medio, hombre, tampoco nos pasemos...

Besos pa las tres :-*

Almudena -

Comparto totalmente tu opinion sobre los metrosexuales. ¿Dónde queda la sabiduría popular española? O sea, "El hombre y el oso cuanto más peludo más hermoso", ¿o era cuanto más feo más hermoso? Bueno, pal caso es igual, lo demás son mariconadas.

Anónimo -

en desacuerdo absoluto! un punto para anatomía de grey, y un puntazo para la f1. lo de supermodelo lo dejamos, porque lo podríamos comparar con Fama, no?

Angie -

¡Amén!