El que busca no siempre encuentra.
Cuando yo era chica, había una serie medio odiosa y catastrofista de un koala coñazo que se llamaba Mofli. Seguro que se acuerdan. Era el último koala que existía en el mundo y estaban todos obstinados, detrás del bicho de las pelotas, unos para usarlo como atracción en el circo, otros para colocar su cabeza disecada en una exposición, otros para... bueno, ya no me acuerdo para qué más lo querían. El caso es que pasaban no sé cuántos capítulos y sus reposiciones detrás del bicho, y una niña rubia súper coneja escondiéndolo y dándole cachos de eucalipto, porque el oso era tan vago que ni eso. A mí, en realidad, los que me daban pena eran los pobres que se pasaban media vida buscándolo, porque sabía que sólo había uno y que al final se lo iba a quedar la niña rubia, porque su padre era inválido y bastante desgracia tenía con eso.
Me he estado acordando estos días de los infelices caza-moflis. Y eso que yo sólo quiero encontrar una funda de neopreno para mi portátil de 10 pulgadas. No debería ser tan difícil como lo del koala, ¿no?
4 comentarios
Cuinpar -
Y sí, es viernes. Arriba tiene usted lo suyo ;-)
Beso!
BroderYon -
Hoy es viernes.
George Clooney. Sí el mismísimo. -
Lupe -