Blogia
Alapryles y Diablitos

Habrá que buscar un plan B...

El plan para dominar el mundo en su totalidad era bastante sencillo. Lo desvelo ahora porque ya no tiene ningún sentido. Primero, iba a resucitar, revivir o refabricar, como ustedes prefieran, a todos las razas de dinosaurios de las que tuviera noticia. Disfrazaría el proyecto de inocente parque temático, así, a la vez que me libraba de especulaciones y sospechas, mis hermosas criaturas conocerían de cerca la especie a la que habían de dominar y someter. Iba a ser necesario también tomar el control de, al menos, un hospital, por las bajas que pudiera haber entre mis acólitos (los demás me importan un carajo). En el hospital habría un pediatra guapísimo y encantador, una jefa de médicos coja y lesbiana, otro médico, también mono, pero menos (el ser más jovencito y tan pijo le quita encanto), y también un médico negro con un hijo sordo, por aquello de la multiculturalidad, y la inserción de discapacitados (todo por no llamar la atención desde el principio). Utilizaríamos mucha epinefrina, una medicina maestra, como las llaves, y se la inyectaríamos a todo aquél que estuviera a punto de morir y se salvaría por arte de magia. Por el contrario, todo aquel que recibiera un pinchazo de dopamina, moriría unas dos escenas después (no me pregunten por qué. Es así).

A esas alturas, yo ya estaría trabajando en una empresa de alta tecnología, y le levanto el ascenso a un tal Tom Sanders. No les cuento qué pasa luego porque la historia tiene algún detalle escabroso y supongo que esta es una columna para todos los públicos. Ahí empieza mi guerra, y mi lucha final. Afortunadamente, contaría con la ayuda de Ibn Fahdlan, un joven al que habían expulsado de su tierra natal y que se uniría a mí en mi noble causa y en el camino hacia la victoria final. (La verdad, lo obligaría a unirse, porque la historia con Tom Sanders no había salido bien, el pediatra guapo del hospital no me hacía ni caso y este tenía un cierto parecido con Antonio Banderas, que para un remiendo no está mal.)

Lamentablemente, les estoy contando todo esto porque ya no sirve de nada. Quedaban demasiados cabos sueltos y Michael Crichton ya no podrá seguir desarrollándolos. Una lástima.

(Obras del susodicho mencionadas de soslayo, por orden de aparición: Parque Jurásico, Urgencias, Acoso, El Guerrero Número Trece)

2 comentarios

Oswaldo -

R.I.P

BroderYon -

Una pena que tu plan ya no se pueda llevar a cabo, porque tenía buena pinta. Cualquier cosa que signifique dominar y someter a (yo preferiría "acabar con") la especie humana -o gran parte de ella- me parece una gran idea.

Tu imaginación me supera.

Besos