Ultimátum a la tierra
Tuvieron que venir los extraterrestres. Y mira que no fue por que yo no llevara tiempo avisando. Pero no. Ni caso a la friki loquita. Sepan que mis amenazas de muerte, y de golpizas furibundas y mis deseos de trepanaciones y de traqueotomías con bolígrafos bic, y mis infinitas ganas de acabar con la especie humana no eran más que un aviso para que se enmendaran antes de que ocurriera lo inevitable. Sepan también que cada vez que veía una estrella fugaz, un sarantontón o un trébol de cuatro hojas (les sorprendería la frecuencia con la que los miopes le vemos más hojas de la cuenta cuando vamos sin gafas), me trincaba toda, deseando que los que hacen reagguetón, y los que lo escuchan sin cascos por la calle, y los que cambian sus siestas y las ajenas por "hombres, mujeres y viceversa", junto a los que tienen voz de vieja loca de barrio y no se callan y le dicen a todos lo que tienen que hacer, y a las telemárketers de Telefónica, las pobres, y a los vendedores a domicilio, y a los de la COPE, y a las funcionarias conejas, y a los tuneros (los de los coches, infradotados, los otros son atuneros), y a todos los que están confabulados para hacerme la vida imposible, les cayera un rayo, a todos a la vez. Sabía que, si eso de la suerte existía, todos esos seres no llegarían vivos a marzo del año que viene, y eso me daba un poco de alegría, que siempre nos viene bien a los Scrooge de turno.
Vivo poniendo el grito en el cielo, es cierto. Pero a la vista está que tengo razón. Nadie me hizo caso, y todos siguieron con sus absurdas existencias, con unas vidas más tristes que las de los caballitos pony. Y ahora, tampoco lo escucharán a él. Lo sé porque yo al principio tampoco le hice mucho caso, aunque a mí me ayudó a entrar en razón que viniera metido en el cuerpo de Keanu Reeves, porque yo, delante de un maromo así, ni principios ni dudas ni nada: hago lo que me diga de margullo.
Dice que viene a darle un ultimátum a la tierra. Yo ya le dije que se dejara estar, que no se apurara, que, total, no le iban a echar cuentas. A mí, de momento, lo único que me mantiene con vida es imaginarme a la vieja gritona, y a la funcionaria coneja, y al kinki del reagguetón, y a mi vecina la loca suplicándole perdón a mi alien y haciendo propósito de enmienda. Lo único.
5 comentarios
LauRa -
Al alien déjale hacer. Anda. A ver si soportamos menos navidades de las que esperábamos y somos todos más felices. BUeno todos. Los que queden. A mí que no me toque el alien, iiii??
Ah no. Que idiomas no, dice.
BroderYon -
BroderYon -
PD: Cosas de estar malo... supongo...
Lupe -
Dice que la respuesta a la pregunta antispam es incorrecta. Ya ves tú. Tiene memorizada la carta pantone hasta el último detalle.
Lupe -