De cuando Peter Pan se compró una corbata...
Por fin tengo un contrato y una T de "titular" en mi tarjeta de la Seguridad Social, lo que me sitúa inevitablemente en la Edad Adulta, al menos en lo que al Estado concierne, que por mí, ya ves... aunque según mi abuela ya era hora, con casi 27 años.
Dicen que el trabajo dignifica, y no voy a negarlo, pero, qué quieren que les diga, yo sería igual de digna en mi casita, durmiendo hasta las doce, viendo mis peliculítas, leyendome mis libritos (sólo los que tengan dibujitos) y siguiendo el día a día de Belén Esteban, que últimamente me tiene preocupada, la chica. Y es que la gente sencilla se conforma con cualquier cosa, oiga. Pero no. Por lo visto, solo puedo tener dignidad con un contrato de media jornada, en una empresa estupenda, eso sí, con un trabajo relajadito, no vayan a creer y con un sueldito fijo a fin de mes, que dignidad no sé, pero alegría da un puñao. Y es que eso de que el dinero no da la felicidad... Pues eso, que ahora le dedico unas cuantas horas a la semana a aclararle por teléfono a las ñoras que Antonio Castro Cordobés no es un torero, que Santiago Segura no es un político Canario y que no voy a meterla en la cárcel por decirme a qué partido votó en las últimas elecciones, aunque ganas no me falten... es que hay cada uno...
De todas formas, creo que lo que menos me gusta es tener que bajar en guagua. El otro día fuimos de La Laguna a Santa Cruz pasando por Burgos y con escala en La Aldea (qué magua el charco de este año). ¡Que el guagüero nos preguntó que si sabíamos por donde se pasaba ahora! mientras le decía que ni idea, me imaginaba en la guagua hundiéndome en un boquete de los de las obras de cabeza, porque el señor no sabría por dónde se iba, pero ligerito iba, el tipo. Nos mete por toda Santa Cruz y a la vuelta, a las 9 de la noche, fumando espero que llegue ya el guagüero hasta que a una buena mujer se le ocurre decirme que ya no paran allí, que ahora paran en no sé dónde, a tomar por saco de donde yo estaba y claro, yo con ganas de llorar y sin poder, porque con la dignidad que da un contrato igual no me puedo permitir esas muestras de dolor en público, y con ganas de estrenar el tranvía, que por lo menos va a tener que ir siempre por el mismo sitio, aunque tarde 5 horas en llegar...
Y es justamente por esa tardanza del transporte público por lo que tengo que dejar ya de escribir, que me voy pal curro. Otro día cuento el concierto maravilloso de anoche, el dúo dinámico, en plena posesión de sus facultades (mentales), desafinando y con "resistiré" como espíritu de la gira.
Gracias Yorch y Mariscadora por el enlace y por los comentarios!
3 comentarios
astroyorch -
yo misma -
la del marisco -