Excusados no, gracias
Llevo algún tiempo quemada con la gente. No me vayan a entender mal, no con toda la gente, pero sí que es cierto que cada vez más me crispo por mayores tonterías. Serán cosas de la edad, que me está agriando mi ya de por sí amargo carácter, no sé, el caso es que mis niveles de tolerancia y comprensión están en rojo, porque sería muy de mirarse el ombligo pensar que es el resto el que está equivocado.
Uno de los grupos que provoca mi indignación (una de mis frases estrella de este último mes es "Estoy indignada") es el de las personas que no saben hacer otra cosa que dar excusas. Y miren que a mí me encanta, que desde chica me invento las más disparatadas para salirme con la mía, lo que pasa es que a veces lo son tanto que casi nunca cuelan. Pero de verdad, parece que de un tiempo a esta parte se han alineado los planetas, hasta Plutón, que ahora resulta que no es sino un callao flotando en el espacio, para que por mis desproporcionados pabellones auditivos se cuelen las excusas más bastas del país. Del tipo:
- No puedo, que me voy fuera
-Imposible que te vayas fuera, porque trabajas.
- Ah, es verdad. Pues no puedo, porque tengo clase.
Y ahí es cuando se le queda a una la cara a cuadros. ¿Por qué no se limita la gente a decir que no le apetece y ya está? ¿Por miedo a quedar como un borde? Qué quieren que les diga. Mejor quedar como un borde que como un gilipollas integral. He dicho.
Y disculpen este desahogo, pero es que hoy tengo un día de cochito loco: dando vueltas, chocando y echando chispas.
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2 comentarios
astroyorch -
Almudena -