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Alapryles y Diablitos

Hablar por hablar

Yo tengo una relación de amor-odio con mi teléfono. No puedo vivir si él, pero no son pocas las veces las que me dan ganas de estamparlo contra la pared más cercana. Todos los años, por estas mismas fechas, me pasa lo mismo. De repente, empiezo a recibir en mi móvil muchas más llamadas de las habituales, que ya son, créanme, muchas más de las que me gustaría recibir. Las primeras veces, el aumento de llamadas hizo que me subiera la moral y la autoestima. Me agradaba recibir llamadas de gente con la que no hablaba demasiado el resto del año, aunque eso supusiera salir por unos momentos del caparazón antisocial en el que me siento tan feliz. Lo malo fue cuando empecé a notar cosas raras en esas llamadas: todas tenían lugar o los fines de semana (lógico, la gente tiene más tiempo libre, y se dedican a cultivar amistades) o después de las diez de la noche (esto ya no me parece tan lógico. Las diez de la noche ya no son horas para estar en casa ajena, que diría mi abuela, y una llamada de teléfono es una clarísima intromisión en tu vida, no me lo vayan a negar ahora). Además, las llamadas se alargaban innecesariamente, a la vista estaba que el interlocutor tenía tantas cosas que decirme como las que a mí me apetecía decirle, es decir, un número distinto de cero, pero inferior a uno. Después del cómo estás, qué tal va todo, venía la pregunta inevitable: ¿hace frío en La Laguna? En invierno es innecesaria, (obvio que hace frío, si no, sería Santa Cruz) pero en verano es completamente absurda (¿qué se creen? ¿Qué vivo en Siberia?). Este y otros detalles por el estilo me pusieron sobre la pista y empecé a sospechar. La confirmación vendría un par de días más tarde, cuando, usando el gasto del que me llamaba como pretexto para acabar de una vez por todas con aquella farsa de conversación, me respondió sin pizca de rubor: "no te preocupes, si por eso te llamo, es que tengo las llamadas gratis".

Así que una vez más vuelvo a usar esta columna para una petición personal: si lo que quieren es hablar por hablar, pues llamen ustedes a la SER, que igual la llamada les va a salir gratis, y se adapta perfectamente a ese horario de lechuza en el que parece que se les despierta su verborrea más feroz. A mí, por favor, déjenme vivir con alegría.

 

1 comentario

El lerele -

¿De qué compañia eres?¿De Garrafone,de Vomistar, de Yonoigo? Me gustaría saberlo. Así, si eres de mi compañía te puedo llamar si no, te hago una llamada perdida de "me acuerdo de ti". Bueno, este mes sí te puedo llamar porque no he llegado al consumo mínimo. Por cierto ¿Sabes que Vomistar deja de contar los SMS para el consumo mínimo...?