Grandes conversaciones
Las pocas veces que no voy enchufada al iPod, no puedo evitar quedarme enganchada a conversaciones ajenas. Lo siento, soy así de cotilla. A veces el palique no merece la pena pero otras, como la de ayer, no tiene desperdicio. Los protagonistas eran un niño, de unos seis años y su madre.
Niño: Mamá, la gente no puede ir desnuda por la playa.
Madre: ¿Cómo que no?
N: Como que no. Es así.
M: ¿Pero por qué no pueden ir desnudos a la playa?
N: Porque, a ver, si tú, por ejemplo te desnudas en la playa y alguien te ve, pues se enamora de ti.
M: ¿Y?
N: ¿Y? Y yo le doy una patada. Y si otra madre se desnuda, la gente se enamora de ella y su hijo pues también le da una patada, y eso no se puede, las madres desnudas y los niños dando patadas a todos los que se enamoran, en vez de bañarse y jugar con la arena. Las madres no se pueden desnudar en la playa porque los hijos tienen derecho a disfrutar. Es así.
Si esto no es sabiduría...
3 comentarios
Esther -
Amparo -
iMig -