Crónica de la guagua.

Ayer, a una mujer que caminaba por la calle se le cayó su rebeca. Siguió caminando, como si nada, sin darse cuenta. O a lo mejor sí se dio cuenta, pero no pudo, o no quiso mirar atrás, "hay cosas que es mejor dejarlas estar", pensaría...
Y yo no pude decirle nada.
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