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Alapryles y Diablitos

Mi casita de papel

Mi casita de papel

Últimamente, supongo que será cosa de la edad (de los que me rodean, no se vayan a creer que de la mía), me veo envuelta, y muchas veces tomo parte, en conversaciones sobre hipotecas que no se pueden pagar, hipotecas que se pagan solas, solares, fincas, alquiler o propiedad... Una, que es ignorante en muchas más cosas de las que le gustaría, se limita a pensar en voz alta sobre la casa que quiere, o con la que se conformaría, y sobre cuántas estanterías necesita para tener bien puestitos sus tebeos, sus libros, sus DVD, dónde colocará su repisa con su colección de “El Principito”, y en si el perro que piensa tener ladrará mucho o será muy inquieto. Superfluosidades, vaya. Los otros, los que entienden de eso, y los que lo sufren, que son mayoría, ponen una cara muy seria, como de crítico de arte, y hablan de intereses fijos y variables; de tipos, cadencias, amortizaciones, cuotas, créditos, cláusulas… de lo mal que está el euribor, oyes, y que ya la burbuja esa tiene que estallar (después de haber estallado ella mis esperanzas de independencia e intimidad total y absoluta, añado). 

Las últimas noticias dicen que se desploma el precio de la vivienda. Yo creo que no es el precio lo que se desploma, sino la vivienda en sí, concretamente la mía que, por supuesto, no es mía, sino de un señor, y en la que, por descontado, no vivo sola. La Constitución Española dice que todos los españoles tenemos derecho a una vivienda digna. Yo me conformaría con una vivienda y que la dignidad  me la descuenten del precio.

5 comentarios

chiquis -

muy bonia la caitititita

quico -

que padre esta.

liz -

me gusto mucho

Cuinpar -

Ya, claro, tú lo que quieres es salir en "España Directo" o en la primera parte de "Gente" ;-p

El perro andaluz -

¡Lo que yo te digo! Vente a vivir aquí... ;)