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Alapryles y Diablitos

La edad es un grado

 

Penélope, la de Serrat, no la Cruz, siempre me ha parecido una de las canciones más sobrevaloradas de la historia de la música en español. La otra también me parece una actriz sobrevalorada, pero eso lo dejamos para otro día.

Como les decía, Penélope me resulta cursi y relamida hasta la extenuación, es una de las pocas canciones del Nano que quito inmediatamente si llega a sonar por casualidad. Es cierto que esa melodía almibarada no acabó de gustarme nunca, pero lo que termina de rematarla es la letra y ese fallido homenaje a la Penélope de verdad, la de Ulises, que esa sí que las pasó canutas, esperando al marido ("no, querida, si es un ratito. Si con estos troyanos acabamos en un pispás. Y te juro por nuestro hijo que desde que termine me vengo para casa como un tiro, nada de entretenerme por ahí con Menelao de cañas, y mucho menos con Aquiles y Patroclo, que para mi gusto son medio raritos"). La otra se queda sentada en un banco en la estación, durante cuarenta años o así, como una simplona, en vez de esperar en su casa, que seguro que estaba más cómoda. Y cuando llega el maromo se nos pone tiquismiquis, la muy chiflada, y dice que nanay, que está demasiado viejo, y que ella así no lo quiere, con esas canas y esa barriga y eso, que ella lo que quiere es al veinteañero lampiño que se fue un día, (cómo no se iba a ir, viendo como andaba de la cabeza la buena mujer). Total, que después de todo ese tiempo esperando, cogió su bolso de piel marrón, y su bikini de rayas y se fue por fin a su casa a regar las flores del jardín y a darle de comer a los gatos (seguro que tenía trece, por lo menos). Y los muchachos del barrio la llamaban loca, y unos hombres vestidos de blanco le dijeron: "ven"... Sí, ya sé que esa canción es de Perales, y que la cantaban los de Mocedades, pero yo creo que hablaban de la misma pirada.

El caso es que volví a acordarme de esa canción el otro día, en el estreno de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal. Indy volvió y como en la canción, no era así su cara ni su piel, pero a mí ni falta que me importa. Para criticarlo ya hay por ahí más de una Penélope insatisfecha, en forma de friki fundamentalista, que reniega del campeón como si por ellos no hubiera pasado el tiempo. Cogerán también su bolso, se irán a su casa, y seguramente cambiarán al Doctor Jones por un Jack o un Sawyer de Lost cualquiera.

Desagradecidos.

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