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Alapryles y Diablitos

Estrategias de supervivencia

Yo entiendo que la gente normal trabaja ocho horas, o más, y que eso no le parece a nadie inhumano, ni raro, ni una de las catástrofes  más terribles de la humanidad toda. Sin embargo, los que tenemos problemitas, y voces dentro de nuestra cabeza y, además, acabamos de regresar de las vacaciones, no vivimos esa experiencia con la misma naturalidad. Por eso he desarrollado una serie de estrategias de adaptación que harían que al mismísimo Darwin se le cayeran los calzoncillos de la emoción, y, fiel a la vocación de servicio público de este espacio, las voy a dar a conocer, y a convertirlas en software libre.

1.-Después de la primera semana de reentrada en la atmósfera, el organismo empieza a adaptarse a ese horario infrahumano. Este es el primer paso. Una vez que el cuerpo no es una cosa que simplemente se arrastra por ahí, puede activarse la fase 2.

2.-La fase 2 consiste en lograr el estado de cerebro clínicamente muerto. Debe comenzarse el proceso una hora antes de la entrada al trabajo, porque si uno lo piensa un poco no sale ni loco de su casa, y debe concluirse media hora después, para que cuando uno se esté acercando a su hogar ya no pueda recordar de dónde viene ni qué cosas horrendas ha tenido que hacer y/o escuchar. Este estado de cerebro en stand by permite acumular energía para las cosas que verdaderamente importan y que, sépanlo, nunca, pero nunca-nunca, van a ocurrir en su lugar de trabajo.

Si trabajas en una oficina, lo mejor es hacer lo que todos hacen. Si, por casualidad alguien se dirige a ti, debes poner cara de idiota desamparado y aplacar el sonido que puja por entrar a través del tímpano, diciéndote frases del tipo: "oh, dibújame un cordero", "creo que he visto un lindo gatito", o "talk to the hand". Es posible, asimismo, dormir con los ojos abiertos: mirar fijamente el monitor con el ceño fruncido, (teniendo la precaución de tener una mano sobre el ratón todo el rato), produce milagros. Si algún indeseable osa interrumpir nuestro sueño, hay que tener a mano la coartada: "disculpa, es que estaba muy concentrada".  Si tienes la suerte de tener uno de esos trabajos que nadie sabe en lo que consisten, ya tienes medio camino andado. Si, además, tienes que salir a hacer recados de vez en cuando conseguirás poder dedicar toda tu jornada laboral a pensar en lo que quieras, y a hablar con la vocecita que vive dentro de ti, que es la que realmente te entiende.

El rincón del friki. Más que una columna semanal, un servicio público. De nada.

2 comentarios

Cuinpar -

Y polvo serán, mas polvo enamorado...
Amén!

Antigonilla -

Mira,yo ya lo tengo claro.Mi vida carecía de sentido hasta que me propuse luchar por tener un pelo pantén.Concentré en ese objetivo todas mis neuronas agónicas y...!Milagro!Por fin hallé mi quehacer vital en la conservación de un pelo reluciente.!Qué razón tenía Popo!Y...
serán ceniza,mas tendrán sentido
jajA