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Alapryles y Diablitos

Maldita Crisis

En estos días leía en la prensa un artículo que hablaba de cómo la crisis nos afectaba a los más jóvenes. Venía a decir, más o menos, que los pocos afortunados que habían tenido la suerte (y el coraje, añado) de dejar el hogar familiar para buscarse la vida lejos de las faldas y la cartera de mamá, se estaban viendo obligados a volver al nido, porque habían perdido el trabajo, o porque, simplemente, lo que ganaban ya no les daba para mantenerse, para pagar el alquiler, o la hipoteca, o la comida. En muchos casos, estos todavía jóvenes, deshacían el camino que habían andado hace un par de años, y volvían a estudiar. Ojo, no estoy hablando de continuar unos estudios abandonados prematuramente, sino de estudiar otra cosa, como una manera de justificar su estadía en la casa paterna o, quién sabe, un desesperado y optimista intento por recuperar en un par de años la independencia perdida. Fíjense en lo grave del asunto: ahora no sólo nos quedamos en el nido por comodidad, por caradura, por incapacidad o por lo que sea, no. Ahora, además, los que se han ido vuelven con el rabo entre las piernas.

Mucho me he quejado yo del pesimismo y el sentimiento de desamparo y desolación que nos están inoculando en estos tiempos de crisis. La crisis financiera se está convirtiendo en crisis social, en crisis anímica, gracias, en parte, al bombardeo de noticias que en muchas ocasiones no entendemos del todo (cabe recordar que a nosotros todo nos importa un bledo, sólo nos interesan nuestros ordenadores, nuestra consola y nuestros tebeos),  pero que nos dejan una basurita en el ánimo y el temor de que vayamos camino de un Waterworld, de un Soylent Green, de una partida fallida de Los Sims, o la certeza de que vivimos en Matrix. Me resistía a que me contagiaran, aun sospechando la gravedad del asunto, porque yo, en la discutible línea del "sálvese quien pueda", me creía a salvo, con un sitio al que volver, hasta que escampara. Desgraciadamente, no creo que pueda ser así. Mi madre leyó la misma noticia que yo y, adivinando mi pensamiento, como sólo una madre sabe hacer, me dijo: "tú puedes volver cuando lo necesites, pero tus DVD, tus cómics, tus libros y tus cacharritos no caben. Y recuerda que en esta casa no hay ADSL".

Ahora sí que estamos jodidos.

6 comentarios

Lupe -

Las madres suelen sentir una pasión desmesurada hacia la función pública y hacia las cajas de ahorros.

BroderYon -

Si es que las madres... A la mía le conté la semana pasada que la cosa por el curro está muy malita (estudio de arquitectura) y rápidamente me mandó el siguiente mail: "En el BOC de fecha 2 de octubre se ha puiblicado orden de 1 de octubre de 2008, por la que se convocan pruebas selectivas para ingresar en el Cuerpo Auxiliar (Grupo C, Subgrupo C2), de la Administración Pública de la Comunidad Autónoma de Canarias.
Se convocan un total de 44 plazas del Cuerpo Auxiliar." Yo creo que ésta se ve venir el reconventir nuevamente una de sus habitaciones...

Almudena -

Cortalotes!

Cuinpar -

Eh, me hacen el favor y se me dispersan, que ya les estoy viendola picada...

Almudena -

Lupe, tú sí que sabes...

Lupe-filántropa -

Qué curioso. En mi casa hay sitio para tus DVD, tus cómics, tus libros y tus cacharritos, y además la ADSL funciona a la perfección, pero tú no cabes. Solución: tú te vas para casa de tu madre y tus tesoros se vienen para la mía hasta que se acabe la crisis (allá por 2056).