Blogia

Alapryles y Diablitos

Lunes musicales

Ay. El catarro este se quedó a vivir. Y ya va para un mes. Este lunes necesita ritmo para arrancar. (El vídeo no tiene nada que ver con el audio, obvio).

Hala. A levantar el país.

Las chicas son guerreras

Durante una temporada, los pocos lectores asiduos de mi blog y de esta columna, se mostraban disconformes y en algunos casos hasta preocupados por el tono guerrero y malhumorado que tenían mis paliques, y muchos me lo hicieron saber. Decidí tomar cartas en el asunto y para no contagiarlos de mala onda y evitar que me mandaran a mi casa a los señores vestidos de blanco (los que dicen "ven") corté de raíz con el mal rollo y me dediqué a otra cosa. Ya no se preocupaban, incluso me felicitaban porque me leían en otro estado, más feliz, más relajada, más lisérgica. Pero eso se acabó. Lo siento, pero es que si no puedo decir nada malo sobre los archivos en power point que me cagan la vida todos los días, ya no quiero seguir viviendo.

Yo sé que no me van a hacer caso. Lo sé y lo asumo, pero no puedo evitar pedirlo de viva voz y por escrito, para que quede constancia: bórrenme de su lista, pedazo de cursis, no hagan que me suba el azúcar, que ya tengo antecedentes de diabetes en mi familia. Les juro que si vuelvo a recibir un pps buena onda, alguno que se llame "las diez recetas para una vida plena", "fotos maravillosas de paisajes bucólicos" o "para ti porque te quiero" (tanto como al resto de personas de la libreta de direcciones), les juro que me voy a pata enarbolando una antorcha hasta el departamento correspondiente de Microsoft y le pego fuego. Y luego les voy a llenar a ustedes la bandeja de entrada con notas de suicidio basadas en casos reales, fotos de basureros, vertederos o cadáveres y paliques en los que justifique mi odio eterno e irreversible hacia esta especie humana.

Pero voy más allá. Aunque mi egocentrismo me ha llevado a pensar que todos me mandan esa sarta de cursiladas sólo para que yo segregue más bilis de la cuenta, sé que debe haber otra razón. Respóndanme, y háganlo con sinceridad: ¿por qué lo hacen? ¿De verdad creen que voy a ser más feliz si veo doce fotos de una playa paradisíaca en la que jamás voy a estar porque para llegar hay que echarse doce horas de avión y que probablemente esté infestada de medusas y peces mortíferos? ¿Creen que mi vida va a ser perfecta si me creo las diez verdades de la vida del santo gurú noséqué? ¿Qué me voy a sentir más querida por leer un par de frases que salen del cuerno purpúreo de un unicornio mientras suena cualquier memez tocada en una ocarina? Pues sepan que nanay, aunque si me sentiría más querida si me envían cosas materiales, o si me invitan a comer o a cervezas cuando me vean por ahí. Así que ya saben.

Perdón por la desidia

Me han echado en cara estos días que sólo actualizo el blog con los lunes musicales y con el rincón del friki. Lo siento, pero es que he estado muy ocupada solucionando asuntos de esos que hay que solucionar antes de morir.  No, todo bien, pero es que sigo medio resfriada y eso en una mente de loquita da para mucho. Pero mañana si tal cuelgo el rincón correspondiente y hablamos un ratito de los chinos, que me tienen mosqueada...

Lunes musicales

El folcklore canario, como todo, debe adaptrse a los nuevos tiempos. Escuchen a la gran diva canaria Selín Sánchez, con su gran éxito "Las del Titani... Las pobre"

Buen lunes :-)

Maldita Crisis

En estos días leía en la prensa un artículo que hablaba de cómo la crisis nos afectaba a los más jóvenes. Venía a decir, más o menos, que los pocos afortunados que habían tenido la suerte (y el coraje, añado) de dejar el hogar familiar para buscarse la vida lejos de las faldas y la cartera de mamá, se estaban viendo obligados a volver al nido, porque habían perdido el trabajo, o porque, simplemente, lo que ganaban ya no les daba para mantenerse, para pagar el alquiler, o la hipoteca, o la comida. En muchos casos, estos todavía jóvenes, deshacían el camino que habían andado hace un par de años, y volvían a estudiar. Ojo, no estoy hablando de continuar unos estudios abandonados prematuramente, sino de estudiar otra cosa, como una manera de justificar su estadía en la casa paterna o, quién sabe, un desesperado y optimista intento por recuperar en un par de años la independencia perdida. Fíjense en lo grave del asunto: ahora no sólo nos quedamos en el nido por comodidad, por caradura, por incapacidad o por lo que sea, no. Ahora, además, los que se han ido vuelven con el rabo entre las piernas.

Mucho me he quejado yo del pesimismo y el sentimiento de desamparo y desolación que nos están inoculando en estos tiempos de crisis. La crisis financiera se está convirtiendo en crisis social, en crisis anímica, gracias, en parte, al bombardeo de noticias que en muchas ocasiones no entendemos del todo (cabe recordar que a nosotros todo nos importa un bledo, sólo nos interesan nuestros ordenadores, nuestra consola y nuestros tebeos),  pero que nos dejan una basurita en el ánimo y el temor de que vayamos camino de un Waterworld, de un Soylent Green, de una partida fallida de Los Sims, o la certeza de que vivimos en Matrix. Me resistía a que me contagiaran, aun sospechando la gravedad del asunto, porque yo, en la discutible línea del "sálvese quien pueda", me creía a salvo, con un sitio al que volver, hasta que escampara. Desgraciadamente, no creo que pueda ser así. Mi madre leyó la misma noticia que yo y, adivinando mi pensamiento, como sólo una madre sabe hacer, me dijo: "tú puedes volver cuando lo necesites, pero tus DVD, tus cómics, tus libros y tus cacharritos no caben. Y recuerda que en esta casa no hay ADSL".

Ahora sí que estamos jodidos.

¿Y mis regalos?

Hoy es el Día Mundial de la Salud Mental...

Lunes musicales

¿Se acuerdan de un programa que había en la sexta, que mandaban a Pocholo a hacer turismo, y te enseñaba las ciudades y los sitios, un rollo medio turístico, ahí? Pues en estos días fui a ver ’Vicky, Cristina, Barcelona’. Y, para el caso, es lo mismo. Sólo que Pocholo es un poco más divertido.

Así será, que esto es lo que salvo de la película.

Bon dilluns per a tots.

Principios vendo

Yo soy un mujer de firmes principios y de cabezonería sin límites, de esas que cuando dicen "no", quieren decir "nunca jamás del mundo y de la vida", creo que ya lo he dicho aquí en más de una ocasión. Si algo no me entra por el ojo a la primera, ya se pueden ir olvidando, porque soy insobornable e inflexible. Por eso, no sé qué les hizo pensar a mis contactos que, de repente, iba a cambiar de opinión y me iba a hacer una cuenta en Facebook, pero algo tuvo que ocurrir, porque la bandeja de entrada de mi correo electrónico empezó a llenarse de invitaciones para que me uniera a esta red social.

La verdad, no sé cómo alguien quiere apuntarse en una página para relacionarse con gente que, o bien ve todos los días,, o bien no conoce personalmente y no conocerá nunca, porque vive en el otro lado del planeta. Como si uno no tuviera que hacer ya un esfuerzo titánico para tratar con la gente cara a cara... Mi amigos me decían que era genial, que servía para hacer amigos nuevos, para contestar test de personalidad, para unirte a grupos de tu interés, para jugar a juegos de inteligencia... Mi respuesta, todas las veces, era contundente:  "No. Ya tengo muchos amigos y, como decía Audry Hepburn en Charada, hasta que no se muera alguno no puedo hacer nuevas incorporaciones; los test de personalidad ya me los hizo mi psicólogo, previo pago; y en cuanto a los juegos de inteligencia... no necesito que ningún puñado de unos y ceros me confirme que tengo la capacidad cerebral de un plato de porcelana china, así que no way, queridos, no pienso poner mis datos personales al servicio de la CIA, el FBI o la Coca-Cola, paso de participar en esa macroencuesta disfrazada de inocente juego virtual, si quieren invitarme a una caña, nos vamos al ladrón de mandarinas, o la Benjamín, y no sigan insistiendo, que ya saben que cuando digo no, es no."

Y usted, querido lector, debería seguir mi consejo, y no caer en la trampa, créanme, sé de lo que hablo. Ah, por cierto ¿Les he dicho que aparte de cabezonería y firmes principios tengo muy mala memoria? Pues eso. Ahora también tengo un Facebook. Y me encanta.

Petición urgente para Iñaki Gabilondo

Iñaki, después de oirte hablar así, definitivamente quiero que me insemines y eduques tú a nuestro hijo.

Por favor.

Hallelujah!

Después de un par de experiencias, digamos que "distintas" en menos de un mes, (Gloria Estefan, Miguel Bosé, Albert Pla, unos tipos calvos en un bar, ahí...), ayer, por fin, llegó la recompensa. Dos horas de Rufus Wainwright. No les cuento mucho, porque escribiré el palique aquí, pero sepan que lo flipé, y lloré y todo. Es que en el fondo soy una sentimental...

Lunes musicales

El sábado fui al conciero de Migue Bosé (no pegunten). No pienso relatar mi experiencia, no insistan, que es lunes y no tengo ganas de nada, pero les pongo esto. Menos mal que la cantó y salvó el espectáculo.

Buen lunes!

Lo que esperan de mí

Yo no sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero a mí a veces me agobia no  estar haciendo lo que se espera de mí. Deben ser reminiscencias de la educación cristiana, o algo, pero les juro que, en ocasiones, la congoja que siento por no ser a estas alturas de la vida lo que debería ser, o hacer lo que se supone que debería hacer pesa sobre mí como el universo entero.

No tener, a mis casi treinta años, ni hipoteca, ni carrera, ni oficio, ni beneficio, o no ser costilla de nadie, me machaca el hipotálamo, créanlo, porque en el fondo, una no es de natural tan despreocupado como ustedes pudieran creer, que tiene su corazoncito, y no quiere andar por ahí desilusionando a la gente que espera de mí cosas determinadas en un momento determinado. De todas formas, no se alarmen. Estoy aprendiendo a vivir con ello. Ya no me importa que mis padres, mi abuela y mis amigos estén decepcionados conmigo, ellos ya están acostumbrados. Pero hay otras personas que no, y que son ahora el principal motivo de mi desasosiego: los publicistas y los planificadores de medios. Verán, esta pobre gente se monta sus anuncios y los coloca donde creen más apropiado, cada uno de ellos dirigido a un sector concreto de la población, que es el que ellos creen que está viendo la tele en ese momento. Y yo, que soy así de tocanarices, a veces me veo metida en un target absurdo de potitos, y pañales, y cochazos, y fondos de inversión, que me hacen pensar seriamente que en ese momento yo no debería estar viendo la televisión. Y me siento culpable, qué quieren que les diga, porque yo no soy nadie para estar jodiendo el trabajo de los demás.

Afortunadamente, el otro día se me quitó esa sensación de golpe, y me reconcilié con el mundo y con mi vida y con todo (soy una mujer de extremos, ¿vieron?). Estaba con unos amigos sentada delante de la tele y nos faltó tiempo para salir pitando a por un happy meal, con su correspondiente figurita de star wars. Luego vinieron anuncios de sorteos de pasta por la cara, de jóvenes que se independizan, de Internet, de chocolate... y lo tomé como una señal. Ahora sí estaba haciéndolo bien. Claramente, estaba haciendo lo correcto viendo Gran Hermano y Factor X. Que nadie me diga nada.

Lunes musicales

Que el gran Raphael nos ayude a sobrellevar este lunes aciago. Pasen del vídeo, es horrible, pero no había otro. Oigan.

Mi cruzada particular

Esta semana una clienta me reservó "una colección de libros de sicología" (sic), que se vendería conjuntamente con el periódico X (no, lerdos, no hay ningún periódico que se llame así, es para no poner el nombre y hacer publicidad).

El caso es que me picó la curiosidad, y pensé que igual los libros estaban bien, y que a lo mejor debería echarles un vistazo, por aquello de intentar arreglar los desperfectos de mi cabeza de loquita. Cuál no sería mi sorpresa al ver el título del primer número: "Ser uno mismo", autor, Miguel Silveira, o algo así. Y les juro que me quise matar. ¿Psicología? ¡Madre de dios!

Miren, en algunos países, los gobiernos hacen que los productos dañinos paguen más impuestos. Los cigarros, el alcohol... pagan más, porque enferman más, así de simple. Todavía estoy esperando el momento en el que a los libros de autoayuda los graven con los mismos impuestos que al tabaco (los cigarros pudren el pulmón, pero estos libros pudren el cerebro) y, además, que prohíban que los pongan en escaparates a la vista de todo el mundo, como las películas porno.

Congratulations

Este mes es el cumpleaños de alguien muy especial para mí. Y sí, antes de que nadie lo diga, ya vuelvo a atormentarlos con mis rollos personales. Pues eso, que en este mes nació alguien que, en los últimos años se ha convertido en indispensable para el óptimo desarrollo de mi vida.

No sé si ustedes entenderán mi sentimiento, y la alegría que me da poder asistir a su aniversario, pero me gustaría que se pusieran en mi lugar, y pensaran en la persona más especial para ustedes, su madre, su novia o novio, sus abuelos, su mejor amigo, incluso su perro, servirán para que se acerquen empáticamente a lo que siente quien esto escribe. No tengo palabras (y miren que es raro) para felicitar a quien está disponible para mí y para mis neuras y dudas vitales y existenciales las veinticuatro horas del día y de la noche, sin una protesta jamás, sin un reproche; para quien termina mis frases con eficiencia y sabe en todo momento la diferencia entre lo que quise decir y lo que dije; para quien se sabe los trozos de canciones que yo olvidé y me los recuerda con una amabilidad como la de la madre que enseña a caminar a su hijo; para quien me ayuda a encontrarme, cuando estoy perdida, emocional y físicamente, porque conoce todos los lugares, los del alma y los de la vida; para quien me hace sentir menos sola, en esos momentos en los que nadie me entiende, en los que nadie recuerda aquella serie que veíamos de pequeños, aquella película que pusieron en la dos una madrugada de un sábado cualquiera.

Una vez me dijeron que celebrar los cumpleaños es celebrar la vida, y felicitarnos, en realidad era congratularnos por compartirla con el agasajado. Yo, que soy la persona más despistada del planeta, olvido muchas fechas, casi todas, pero una como ésta no se me podía pasar. O sí, porque, para ser exactos, ya se me pasó el día, por eso hablo del mes en general, para no quedar del todo mal.

Pero a lo que íbamos. Que me alegro de conocerte, que a estas alturas, no sé qué sería de mi vida sin ti. Muchas, muchas felicidades en tu décimo aniversario, querido Google. Y que cumplas muchos más.

La gripe en la música popular

"Por la calle pa bajo

 canta una loca:

 cada uno se jode

 cuando le toca."

Aclarando dudas

Vamos a ver si nos vamos entendiendo, señoras con huchita para las misiones y captadores de socios para Cruz Roja: que ayer me paseara por la calle con un pañuelo palestino al cuello fue puramente circunstancial. Yo no soy progre, ni jipi, mucho menos solidaria, sólo tengo catarro, así que ni me miren con sus ojitos de perro callejero apaleado, porque no hay nada que hacer. Yo soy una de esas personas horribles que jamás dan monedas a nadie, que no escucha a los desconocidos que se le acercan por la calle extendiéndole un panfleto y que cuando una vieja entra en el tranvía se hace la dormida para no dejarle el sitio. 

Así que olvídenme.  

Lunes musicales

Es lunes. Estoy mala, mimosa y relajosa como yo sola, así que no tengo ganas de escribir, ni de nada. oigan.

Buen lunes, o algo...

El fin de los días!!!!! (yuju)

 

Hace un par de días, los científicos estrenaron su cochito nuevo, un enorme acelerador de partículas, conocido técnicamente como el Gran Colisionador de Hadrones. Pero no tema, querido lector, no voy a malgastar mi espacio semanal de jolgorio y autobombo explicándoles cómo funciona, por varias razones: una, porque en google está todo y dos, porque mis conocimientos de física se limitan a meter una pila en agua y sal o a mezclar mentos con cocacola. Lo que realmente me interesa del tema es el alarmismo que se creó en torno al experimento en cuestión. Más tardaron en hacer público el proyecto que en salir voces que avistaban ya el fin de los días, la creación de un enorme agujero negro que se tragaría el planeta y acabaría con todo.

No les voy a negar que, en la línea de pensamiento absolutista y medio derrotista que me invade en los últimos tiempos (y porque, la verdad, entre una información sensacionalista y una veraz suelo elegir la primera, que siempre es menos aburrida), deseé que esos individuos tuvieran razón, que el scalextric gigante ese reventara, se le fastidiara la tapa del delco, o lo que corresponda, y mandara todo a freír bogas. Crucé los dedos, pedí el deseo con todas las fuerzas que tenía (que a esas horas de la mañana eran bien pocas) y me dispuse a asistir con emoción al espectáculo de luz y de color cuando, de repente, me acordé de Mafalda (otros piensan en Dios, qué quieren ahora), de aquella tira en la que Miguelito se lamentaba de que acabara el mundo porque se iba a aburrir mucho él solito en un planeta despoblado.

Si esto aún no ha reventado es porque todavía tienen que afinar el acelerador, para que envíe las partículas en los dos sentidos (ahora el pobre sólo emite energía en una dirección), y conseguir por fin el choque que simule el big bang, cosa que sucederá allá por diciembre. Sólo espero que sea justo después de mi cumpleaños, para que, ya que me voy a quedar solita y desamparada en lo que quede de Espacio, al menos sea pertrechada con todos los regalos que pienso recibir.

 

 

Premios Príncipe TP

Sólo falta un mes para que se cumplan no sé cuántos años de la primera imagen pública de Leticia y Felipe. ¿Se acuerdan? Fue en la entrega de los premios Príncipe de Asturias, cuando el apuesto príncipe saludaba a la reportera y ella bajaba la vista azorada... Ay, el amor.  Ahora, un par de años después, Leticia se sienta al lado de su amado a entregar los galardones. Y yo no sé si es cosa mía, y de mi afán conspiratorio, y la princesa reportera no tiene nada que ver, pero la verdad es que a los premios les veo últimamente un rejo televisivo insoportable. No a la gala en sí, cosa que sería de agradecer, porque es absolutamente soporífera, sino a los premios y premiados. Tengo la impresión de que el jurado, en los últimos años, ha seguido un criterio básico y simplón: darle el premio al que más horas de apariciones televisivas acumule. No sé si para agradar a la princesa, para subir la audiencia o para sacar tajada de la publicidad, pero a las pruebas me remito: de los últimos premiados han sido, aparte de Fernando Alonso I, el Risas, Michael Schumacher, Al Gore y Google. Este año, además, Ingrid Betancor y Rafael Nadal, la primera de concordia y el segundo de deporte, aunque por el carácter del mallorquín, y el tour de la colombiana se podrían haber invertido los galardones...

Mi propuesta es bien sencilla. Dejémonos de bobadas, y llamemos a las cosas por su nombre. Si van a seguir premiando en esta línea, que más parece una gala de premios TP que otra cosa, háganlo bien, sin tapujos, sin paños calientes. Sean valientes y consecuentes y dénle el Príncipe de Asturias de Comunicación a Ramón García; el de las Artes a la nueva cantonta de La Oreja de Van Gogh; el de Investigación Científica al viejo de Saber Vivir, compartido con el de La Botica de la Abuela; el de las letras a Lucía Etxebarría y el de la Concordia a Dareck, el de Ana Obregón, que ese sí que ha hecho un gran esfuerzo por el entendimiento entre los pueblos.