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Alapryles y Diablitos

Lunes musicales

Vamos a empezar la semana de buen rollo, hombre. Adriana Calcanhotto viene el 9 de mayo al Teatro Leal, en La Laguna. Y estoy frita porque llegue el día por varias razones. Una, la más importante, es porque va a ser el bautizo lagunero de La Lupe, mi Lupe, que viene para quedarse (ella y Pinito, of course). No saben lo bien que me viene a mí tenerla cerquita. Ojalá todos los amigos que tengan ustedes fueran como los míos, ay...

Escuchen.

Ah, y no se crean que soy buenita ahora. Que lo mismo les pongo este vídeo buena onda y les hablo bien de La Lupe, que me muero de ganas por arrancarle la lengua a los clientes y patear sin piedad a todo el que me importune. Versatilidad lo llaman a eso.

Buen lunes!

Ordenar el caos

A menudo hablo con mi grupo de amigos sobre los miedos, las inquietudes, las inseguridades y todas esas cosas de adulto que le dan a uno cuando trae un vástago al mundo. Los que no tenemos (y no tenemos intención, de momento, añado) le preguntamos a los que sí, que cada vez son más, hablamos sobre pañales, potitos, el tiempo que hace que no van al cine, las borracheras que ya no se cogen. Pero también nos ponemos intelectuales, hablamos sobre teorías educativas, pedagogos, métodos, sicologían infantil con una soltura y una claridad de conceptos que si Piaget levantara la cabeza nos estamparía contra el piso, por enterados.

Supongo que a nuestros padres les pasaría lo mismo, pero a la vista está que obras son amores, y no buenas razones. Uno puede tener la intención de que un hijo le salga listo, simpático, colaborador, amistoso, emocionalmente estable, amable con las viejitas y con dos carreras de ciencias, y se propone esto desde el primer mes de embarazo, e intenta encaminar sus acciones, sus enseñanzas, sus influencias, por ese camino, y le pone musiquita de Mozart, que es relajante y estimula el crecimiento intelectual, y lo enseña a compartir sus juguetes con sus amiguitos del parque, y le lee cuentos con moraleja y lo hace pensar. Pero al final les sale una criatura hostil con el resto de la especie humana, que se hace la dormida para no cederle el asiento a las viejas en el tranvía, que se gasta la mitad del sueldo del mes en sicólogos, que sólo tiene una carrera de letras sin terminar y que, para colmo, tiene cierta querencia por los tangos, la copla, y el drama en general. Y se preguntan qué pasó, en qué fallaron, en que momento se torció todo y cómo podrán devolver a la oveja al redil, porque tienen la profunda convicción de que eso es posible todavía a estas alturas.

Tim Berners Lee es un americano común que está teniendo este problemita ahora. Él tuvo a Internet, que es una hijita, rubia, maravillosa, lista y capaz, pero que empezó a putear hace un par de años y ahora se ha convertido en toda una lagarta que sale por las noches, bebe, fuma y llega desmaquillada y despeinada a casa por la mañana. Algunos amigos con altos cargos y experiencia, han intentado la solución, y dicen que hay que meterla en vereda, que todavía se puede, que le prohíba salir con esos amigos de mal vivir que tiene y que le recorte la paga. El bueno de Tim dice que sí, que hay que organizarla, de acuerdo. Pero sólo para que pueda recordar dónde dejó aparcado el coche la noche anterior.

Lunes musicales

¿No decían que los fines de semana eran para descansar? Tsk...

Oigan esto, patrocinado por el sin par Broderyon. Buenlunesgrf...

Ni con unos ni con otros

Les confieso que yo, desde pequeña, y quizás por una tendencia atea latente que tardé un par de años en manifestar, miraba con una mezcla de asombro y de incredulidad todas las celebraciones de Semana Santa. Bueno, todas las celebraciones católicas, en realidad, aunque algunas me resultaban más fáciles de asimilar que otras. la Navidad, por ejemplo, la veía hasta como algo natural, porque a fin de cuentas, era como celebrar un cumpleaños, solo que durante quince días.

Lo de la Semana Santa, como les decía, me parecía más incomprensible. No alcanzaba a entender que asearan por la calle aquellos cuerpos yacentes y sangrantes, que los cargaran a hombro hombres como castillos que a veces se echaban a llorar y que fueran escoltados por otros con cucuruchos en la cabeza. Les estoy hablando, por supuesto, de mi primera Semana Santa lejos de mi pueblo, porque allí las beatas se conformaban con un paseo por los cuadros de la iglesia rezando el rosario y ya está. Siempre ha habido clases y clases, hasta en las creencias y yo, durante algún momento, quise pertenecer a aquella, tan sufridora, tan dramática, tan intensa.

Un par de años más tarde, en plena efervescencia atea, me dio por inventar alternativas laicas pero igual de llamativas para estas fechas. Junto a algunos amigos igual de herejes que yo, soñábamos con el día en el que el paso de Nuestra Señora del Lado Oscuro recorriera las calles del casco de La Laguna, escoltado por la Guardia Imperial y al son de la banda sonora de La Guerra de Las Galaxias. Esta manifestación de fervor friki pronto se extendería por todo el mundo, y nuestros nombres quedarían para siempre en la historia, junto a otros como... sí, hombre... esto... Bueno, junto al de otros frikis populares, ya saben.

Ahora, años más tarde, y quizás por el peso de la edad, que no del sentido común, con lo único que sueño en estas fechas es con tener una casita en el campo, como los de Santa Cruz en Carnaval. En un campo muy lejano, hasta el que no lleguen ni el sonido de las bandas municipales tocando marchas fúnebres, ni las burlas o discursos de los ateos.

Y en esas estamos.

 

PD. La publicación de esta entrega de su Rincón del Friki de los viernes está patrocinada por la conexión wifi intermitente de Metropolitano de Tenerife. El cabreo, las ganas de gritar, las manos a la cabeza y tal, también. El paraguas que me dejé ayer cuando subía se lo pueden quedar, burócratas.

Lunes musicales

Ay, ya decía yo que se me olvidaba algo hoy. Canten a voz en grito delante del espejo, queridos.

Buen lunes.

Lunes musicales

Iba a ponerles este video, y se lo iba a dedicar a Él, que es su cumple, y tal, y les iba a decir que tuve un fin de semana de mierda, pero que parecía que el lunes no empezaba del todo mal y que no hay mal que por bien no venga y blablabla.

Pero me desperté con la noticia de que se nos ha ido don Chano Lobato y se fue todo al carajo.

Buen lunes, a pesar de todo.

Cachos de la vida real

Ayer tuve una de las discusiones más absurdas que recuerdo. Si me pongo, fue casi más surrealista que aquella que mantuve una vez conmigo misma acerca del ganador de una pelea entre dios y Supermán. Les voy a ahorrar los prolegómenos, y voy a ir al grano.

El Perro Andaluz me manda una tarea. Yo, que cuando tengo el día soy muy bien mandada, la cumplo, y le mando un sms para que la revise. El sms de vuelta dice que lo mirará cuando vuelva a casa y que me llamará para decirme. Le respondo que me llame entonces al día siguiente, porque ya yo iba derechita a la cama. Suena el teléfono.

-¿Estás mala? ¿Qué te pasa?

-No, sólo tengo un poco de mocos, pero nada. ¿Por?

-¿Te vas a la cama?

-De margullo

-Pero muchacha, vete a tomarte algo, o a ver una peli...

-Me voy a ver una peli, claro. Concretamente los primeros diez minutos de la primera que trinque. Luego me dormiré.

-¡Pero no puedes dormirte!

-¿Porque Freddy está en mis sueños? ¿?

-No es normal que te vayas a acostar ahora.

-Quiero acostarme. En estos casos, lo normal es que me acueste. Lo raro sería que, queriendo acostarme, me fuera a tomar cerveza.

-No. Quiero decir que no es normal que quieras acostarte ahora.

-Desarrolla tu respuesta.

-Está bien. Joder, ¡no puedes cenar, ponerte el pijama y acostarte  porque todavía es de día!

-Ah. Se trata de luz solar, entonces. Bien. Llamaré a Finlandia, Noruega, Suecia y todos esos lugares de allá arriba para aclararles que no podrán acostarse durante los seis meses esos en los que no se pone el sol, como en las tierras de Felipe II. Y a mi Jefita que, dado que no puedo acostarme hasta que no sea de noche, tampoco podré levantarme hasta que sea de día, con lo que llegaré un par de horitas tarde a la mina. No creo que le importe, porque tiene su lógica, ¿no?

-Imbécil.

-Love you so much.

Estoy pensando montar una empresa. "Sainetes a domicilio", se llamaría...

Lunes musicales

Hoy para no variar no tengo ganas de escribir. Y se me aguantan, y no se quejan, que esto son los lunes musicales, no los lunes literarios. Fasltaría más.

Anoche soñé con él.

Buen lunes!

Consejos maternales

Si a su madre de ustedes le dieron el título en el mismo sitio que a la mía, santa autora de mis días, habrán disfrutado, sin duda, de los grandes éxitos de la cantinela maternal. A mí me alucinaban de toda la vida, porque, aún teniendo su lógica final, era incapaz de entender los procesos mentales que hacían que utilizaran ese argumentario surrealista. "Mira a ver que los calcetines no estén rotos, que puedes tener un accidente", era uno de los hits de mi progenitora. Y de aquí yo extraía varias cosas: la frase se dividía claramente en dos consejos fundamentales, a) que es importante que la ropa interior de un ser humano esté en perfecto estado y b) que a veces a las personas les ocurrían desgracias, imprevistos que podían perturbarlos en el desarrollo habitual de sus vidas, y que era importante estar alerta para evitarlo en la medida de lo posible. lo que no entendí nunca, ni entenderé hasta que no me gradúa en el noble arte de los consejos crípticos, es de qué manera estaban relacionadas estas premisas. ¿Si mis calcetines estaban rotos iba a tener un accidente? ¿cuanto más grande fuera el agujero más burro sería lo que me pasara? ¿un calcetín roto y el otro acabante de estrenar (de pares separados, se entiende) se convalidaban? ¿si tenía un accidente, al llegar al hospital los médicos iban a atender primero al que llevara los calcetines más enteros?

Otro tanto me pasaba con el "no aceptes caramelos de desconocidos". Pero ahí sí que no entendía nada de nada. ¿Por qué no podía aceptar caramelos? Los caramelos son comida y dulce, dos en uno. Si encima eran gratis, no aceptarlos era algo así como un pecado mortal en el catecismo idairológico, que es la religión que más fervientemente profeso. Cuando crecí un poco, mi madre fue añadiendo elementos, como vasos de refresco o copas de desconocidos, y cuando le pregunté el porqué de ese rechazo a la bondad de los extraños, me dijo que había gente por ahí que ponía drogas en esas cosas. "¿Pero las regalan?", pregunté. Y ella, toda sabia, me dijo: "sí, al principio las regalan, pero luego, cuando estás enganchada te las cobran. Yo flipaba.

Créanme que nunca le di mucha credibilidad a ese rollo de las drogas regaladas, nunca me sucedió, y no podía entender que hubiera nadie tan colgado como para ponerse a regalar un rollo que después resultaba que era carísimo, y que cuando te lo estaban dando gratis te estaban haciendo un favor que ahora esperaban que tú les devolvieras en forma de billete. Pero, ah, las madre son sabias, y de todo saben, aunque a veces te lo cuenten con metáforas, y con imágenes y todo sea más difícil de interpretar que la misma biblia. Ahora le doy la razón a mi progenitora, y les prometo que cuando tenga un hijo, lo que le inculcaré con mayor énfasis sera eso, aunque más claramente. Lo sentaré frente a mí un día y le diré: "hijo, prométeme que nunca, nunca, empezarás a usar esos servicios de Internet que son como Zatoo y Last.fm. Al principio son gratis, ¿sabes? pero luego, cuando ya estás enganchado, te lo empiezan a cobrar".

Qué razón tenías, madre. Qué razón.

Bonus track

Lo siento, no puedo evitarlo. Es que además, es un argumentario genial para la soltería...

Oigan.

Lunes musicales

El viernes, luchando contra el sueño y el frío, me fui valiente al norte a ver a Martirio. La tenía medio abandonadita, ustedes saben que hay temporadas y temporadas, pero cuando esta mañana me levanté pensando: "es que no puedo con mi alma, no tengo ganas de ná, necesito una pastilla pa ponerme a funcionar. Es que estoy mala, muy mala, mala de acostarme...", y eso de "otra vez el mismo rollo, todos los días lo mismo, qué fatiga!", llegué a la conclusión de que lo mío con esta mujer va a ser una relación de por vida. Si tienen la oportunidad de verla en directo no lo duden, zoquetes.

Pero el lunes musical de hoy no va a ser Martirio, aunque deberían ponerse a buscar videos suyos en el tubo, para que vean. Hoy les regalo esto, a ver si el invierno se entera de una santa vez.

Buen lunes.

En cómodas dosis de 20 minutos

Les juro por dios o por quien ustedes más quieran que esta es la última vez que me quejo de los medios de comunicación en este espacio (por la cuenta que me trae, más que nada). En realidad me gustaría prometerles que nunca más voy a quejarme de nada, pero no voy a poder con mi condición, entiéndanme.

Hace algunas semanas, PRISA sorprendía a propios y a extraños (bueno, quizá no tanto), cerrando el diario digital ADN. A mí me dio terror, porque inmediatamente pensé en uno de mis diarios de cabecera, y en que podría correr la misma suerte en pocos meses. Pero no. El 20minutos, que también se edita en papel, sigue aguantando como un jabato, afortunadamente, porque yo no sé qué sería de mi vida si llegara a desaparecer, al menos su versión digital. Yo no sé dónde, aparte de aquí, iba yo a descargar toda esa bilis que llevo dentro; qué excusas iba a encontrar para poner a todos los periodistas a caer de un burro; con qué argumentos iba a rellenar mis inmensos discursos sobre lo que es o no es información, sobre el correcto uso de las preposiciones y de los tiempos verbales. Me quitaban media vida si cerraban.

Afortunadamente para mí y para mi salud mental, siguen ahí. Siempre me esperan a un golpe de clic, sobre todo en días como hoy, en los que la inspiración se va de vacaciones, y la muerte de Natasha Richardson o el cáncer de Darth Vader me parecen temas demasiado delicados para dedicarles estas lineas semanales. Es en esos momentos, en los que 20minutos.es es mi única esperanza, rezo para que en portada y a tres columnas haya alguna noticia como que el Príncipe William de Inglaterra tiene una cicatriz como la de Harry Potter, y le brilla o algo.

Y no me decepcionaron hoy tampoco, oiga...

Lunes musicales

Chacho, hoy me levanté con ganas de coña. Y sin ganas de escribir, por cierto. Seguro que si este tema lo ponen en algún garito modernoso de esos triunfan como la cocacola.

Fi-li-pi-no.

Buen lunes!

Dios los cría...

Aunque pueda resultar monotemática, voy a repetirles una vez más, sobre todo para aquellos infelices que es la primera vez que se acercan a estas líneas, que soy una antisocial. No me gustan las personas (los perros sí). Los desconocidos menos. Pero es inevitable, por lo menos hasta que el euromillones o algo por el estilo caiga en sus legítimas manos, es decir, las mías, que tenga que relacionarme con seres humanos, mirándolos a la cara y, en ocasiones ¡oh, horror de los horrores! incluso hablando con ellos (por si fuera poco, tienen la fea costumbre de pronunciar las palabras, nada de escribirlas y aguardar pacientemente una respuesta por la misma vía).

Hace cosa de un mes, me ofrecieron un nuevo empleo que podría compaginar con el que tengo ahora y obviamente, como la cosa está tan malita acepté. No sólo por la pasta, que también, sino porque era la ocupación ideal para una peleadora con ínfulas de eremita y anacoreta (salvando lo de la penitencia, que no es lo mío). El curro en cuestión consistía en escribir de vez en cuando en una página web. ¿Se lo imaginan? Yo ahí, en mi casita, o en la terraza de un bar con mi iPod puesto, teclea que teclea, sin necesidad de relacionarme con nadie, salvo por un par de correos electrónicos cruzados. Estaba a un paso del éxtasis.

Pero resulta que el resto de mis compañeros parece que no entendieron el concepto, o algo, porque a las dos semanas ya estaban quedando para debatir cosas y resolver dudas cara a cara, los muy arcaicos. ¡Cara a cara! ¡Como en la Edad Media, o en los años ochenta, cuando no había e-mail! Ni sosa ni pérezcorta, me presenté en la reunión, para decirles por las bravas que se quedaran bien con mi cara porque era la última vez que la iban a ver, y que qué clase de entes cibernéticos eran ellos que no podían comunicarse con ceros y unos, y que, por favor, me dejaran vivir con alegría, que siguieran ellos jugando a las reunioncitas, que yo me iba a hablar por el messenger un rato, y a actualizar mi perfil de Facebook.

Pero los muy cabritos sospechaban algo, seguro. Creo que había un plan para hacerme tragar mis palabras antes de haberlas pronunciado. Salí de allí con dos series nuevas debajo del brazo (30 Rock y The Big Bang Theory, absolutamente recomendables), una nueva teoría sobre el desenlace de Lost, y lo mejor de todo: un proyecto de tesis acerca de las similitudes entre en Doctor Manhatan y Doraemon.

Ay, los frikis, los pobre. Dios los cría, y la web los junta.

Lunes musicales

No se crean que ya se me pasó el cabreo con ustedes, infelices, malagradecidos. Pero soy consciente de la hecatombe que se produciría si les falto un lunes. Además, les digo que mendigué una clave para poder conectarme un poco más a menudo por las mañanas (apúntenlo en la lista de cosas que me deben, mensos).

Y los dejo con uno de los temas del disco que me va a tener moviendo el culo todo el día de hoy. Nada nuevo, pero lo recuperé ayer y me dio buen rollo.

Buen lunes, cafres!

PD: Que sepan que ando desconcertada y estupefacta con los comentarios y sms a cuenta del palique anterior...

PDII: Ustedes están entrando de vez en cuando en www.zonambulos.com para enterarse de todo, ¿no?

De malagradecidos está el infierno lleno

Queridos lectores, ustedes no saben hasta qué punto me han decepcionado, hasta qué punto estoy dolida con ustedes, hasta qué punto me siento utilizada. No crean que no soy consciente de que ustedes usan esta columna como guía espiritual, como faro que los guía por el mundo de las opiniones, y que se sirven día sí, día también de los fabulosos y desinteresados consejos e informaciones que les doy semanalmente para darle un poco de sentido a sus vidas simplonas y carentes de sentido.

Todavía recuerdo cómo les advertí que no fueran a comprarse el ebook ese de Amazon; cómo compartí con ustedes mi amor por Indiana Jones; cómo les hice cómplices de mis aventuras infantiles por los barrancos de mi pueblo y en el patio del colegio, de qué manera he abierto mi corazón hacia ustedes, les he dejado ver lo arisca y antisocial que soy, les he contado mis inquietudes, por si podía servirles de consuelo a ustedes, seres inadaptados y desagradecidos.

No esperaba ningún gesto de agradecimiento, sabía que no iban a llegar jamones a casa, ni ramos de flores, joyas o perros salchicha. no esperaba nada, porque lo mío es altruismo puro, ganas de hacer el bien y de insertarlos a ustedes, frikis de las narices, en una sociedad que los ha echado a patadas. Y bien merecidas que tienen esas patadas, malagradecidos, desconsiderados. ¿Tan difícil les resulta devolverme un poco de todo lo que yo les he dado? ¿No sabían ustedes de mis problemas de adaptación social? ¿De mis ganas de irme a vivir al monte, a comer castañas y a hablar con dios? ¿No les dije la semana pasada también que últimamente andaba medio desinformada, y que ya no veía la tele ni leía la prensa ni nada? ¿Tanto les costaba mandarme un mensajito diciéndome que mirara las ofertas de trabajo televisivas?

Ya me enteré del concurso ese que había para conseguir mi trabajo soñado, y gracias a ustedes, llego tarde al casting. Una posibilidad que no se me volverá a presentar se me escapó de las manos. La posibilidad de pasar seis meses sola solita en un hotel de lujo en una isla australiana, sólo realizando pequeños trabajitos y actualizando una página web, y ganando además 75.000 euros. El trabajo habría sido mío, y habría sido completamente feliz durante seis meses ahí, solita en ese atolón, con mi conexión a internet, mis libros, las mareas bajas y el solecito.

Gracias, queridos lectores. gracias por avisar.

Lunes musicales (con dedicatoria)

Hace un par de post les dije que yo tenía un montón de sobrinos. También les aclaré que eran sobrinos postizos, porque, afortunadamente para la humanidad toda, a mi hermano no le ha dado por reproducirse. Hay una en ese ganado de fieras a la que tengo un cariño muy particular, porque fue la primera, y también un poco porque es a la que más lejos tengo. Ella, mi Pilar, y mi Alonso, que fue el segundo, viven en el continente (continente de Europa, digo, no de Carrefour), y eso hace que una los mire con otros ojos, que disfrute siete veces más de ellos cuando los veo, que me los quiera comer a bocados y que piense que son rara avis entre los adolescentes, por listos, por cariñosos, por sensibles a las injusticias y por guapos, que son los más guapos del hemisferio norte.

Pues bien. Hace una semana mi querida Pilar me hizo un año más vieja y se metió de cabeza en la adolescencia, en los magníficos quince años. Quince. Y a mí, que soy un jodido desastre, va y se me olvida. Ella me lo recordó con todo el humor del mundo, y sin asomo de reproche, como una prueba más de generosidad, porque es buena gente, mi niña. Y yo, que no tengo ni idea de cómo compensarla por ese despiste, quiero dedicarle este lunes musical.

Te quiero, Rubia. (Sólo a ella. Bueno, y a Alonso. A todos los demás lectores de este blog los aborrezco, ya lo saben, infelices). Va por ti, enana.

Yo no sé qué es peor

Mi madre dice que así no puedo seguir, ausente del mundo, con mis tebeos, mis películas, mis series y mis dibujitos animados. que tengo que crecer, que por favor, vuelva a leer los periódicos, y a ver las noticias, y que reenganche a "La Mirada Crítica", que ahora que vuelve a presentarlo la Campos está más ameno (Afortunadamente, he aprendido a callarme muchas cosas, y no le digo que la fiabilidad que me da María Teresa Campos hablando de política y de economía es la misma que si fuera ella, mi madre, la que me cuenta las andanzas de Solbes).

Pero una madre es una madre, y yo, que soy muy bien mandada, le hago caso. Cojo el periódico y la primera noticia que me salta a la vista es la de un italiano homosexual de 47 años que quiere cambiarse de sexo para hacerse monja y meterse en un convento. Pienso que igual al buen hombre le resultaría más fácil meterse a cura directamente, sin tener que cortarse el pito ni nada, y casi sucumbo a la tentación de cambiar el diario por un Mortadelo. Pero la voz de la santa autora de mis días retumba en mi cabeza. Y cojo otro periódico. Un niño de trece años, aunque con apariencia de 8 vende la exclusiva de su paternidad en Inglaterra. Se la disputa con otros dos candidatos de la misma edad. Mortadelo me mira desafiante, pero mi madre puede más. Enciendo la tele y está Mari Tere riñéndole a Ibarretxe, "porque hay que ver, señor Ibarretxe, qué malos son ustedes, los nacionalistas vascos, que no nos quieren nada a los andaluces, ¿eh? Y no me diga que no, que es lo que extraigo yo de sus declaraciones". Aguanto estoicamente a la periodista, y a todos esos expertos que tienen la solución para los males de la economía, la sociedad, el paro, la falta de valores y la mala cosecha, y tan imbuida estoy en el tema que no me doy cuenta de que La Campos ya no es La Campos, sino Ana Rosa Quintana, que habla de un sillón de no sé qué diseñador, que ha sido subastado por 22 millones de Euros, para pasar acto seguido a un reportaje especial de investigación sobre la "Kale Barroca" (sic). Hasta aquí llego, no sé si por hastío puro y duro o porque yo siempre he sido más del Gótico, de toda la vida.

Visto todo esto, estoy pensando llamar a mi madre, y preguntarle que por qué demonios lo llaman "Mundo Real". Mis súper héroes, mis machanguitos, mis asesinos en serie y mis náufragos tienen mucho más sentido que todo eso.

Tengo el pecho de hojalata

Acabo de ver 7 almas, la de Will Smith y no solté ni una lágrima.

O (por fin) me hice inmune a los melodramas o no tengo corazón.

Lunes musicales

La conexión wifi del tranvía ha hecho que pierda dos veces el palique que les iba a regalar hoy. Si esta no es la tercera, disfruten con el tito Gabriel y su santa hija caminando por el techo. Quien a los suyos se parece...

¡Buen Lunes!